Señor, no he cumplido con mi deber en mi propia familia, entre los cristianos, en las iglesias de Cristo. No he hecho lo que prometí. No he servido a mi generación ni he ayudado a edificar la obra de Sion. Y ahora, Señor, ¿qué puedo decir? ¿Está mi nombre escrito en el corazón de Cristo? Si tuviera la gloria de todo el mundo, si tuviera diez mil mundos y diez mil vidas, todo lo dejaría, con tal de asegurar mi pobre y temblorosa alma. Mi sed no puede
Page 25